"Todos los seres capaces de comunicación son interlocutores válidos, y por tanto, cuando se dialoga sobre normas que les afectan, sus intereses deben ser tenidos en cuenta y defendidos, a poder ser por ellos mismos. Excluir a priori a cualquier afectado desvirtúa el presunto diálogo. Por eso las costumbres internacionales o las conversaciones locales, en las que no participan todos los afectados, ni se tiene en cuenta sus intereses, no son sino pantomimas... El diálogo válido es aquel que se realiza en condiciones de simetría, que considera a las personas capaces de participar en una discusión, de dar nuevas aportaciones, capaces de expresar sus posiciones y deseos, nunca mediante la coacción.,"
Adaptación de J. Habermas en M. M. y Cortina, A. (1996) Etica, Madrid
Adaptación de J. Habermas en M. M. y Cortina, A. (1996) Etica, Madrid
Comentarios